A casi un mes de haber cumplido veinteocho / sigo midiendo
lo mismo que hace diez años. / Sigo siendo egocéntrica e inmadura, / fastidiosa
con sincera devoción. / Sigo sin
entender el silbato de mejengas y campeonatos. / Deje el tabaco, pero no el
café. / Hay adicciones que son para siempre. / Sigo siendo mala en eso de
socializar. / Incapaz de impresionar un tumulto de gente, / de avivar una
salida, / de seducir con ironías, / chistes / y palabrerías. / Es decir sigo
siendo yo / un poco más vieja. / La que prefiere reservar emociones. / La que
prefiere arroparse en un caparazón. / Pero entre tanto, / sigo siendo sensible,
/ tierna, / hecha sin intención alguna
de amar. / Yo, / la que llora por nada, / por todo. / La quisquillosa. / La que
no sabe olvidar, / perdonar. / Yo la que conserva los versos de Gustavo Adolfo
Bécquer / que leí en el colegio. / La que aún ríe a carcajadas leyendo Marcos Ramírez.
/ La que habla dormida, /duerme con medias, / y hace berrinches. / La que
padece mamitis aguditis. / La que sigue
siendo tan torpe en el amor, / como en las matemáticas. / Tan escandalosa, /
como callada. / La que ama la lluvia, / odia el sol, / y toma prednisolona. /
La que no tendrá hijos, / pero si perros. / La que colecciona libros. / Yo, / yo a mis veinte ocho
años recién cumplidos, / un poco más vieja, / pero aún viva.
1 comentario:
28 años y contando
Flor
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