16/11/14

Dejar la rutina

Dejar la rutina de lado es quizás una estocada inconsciente que se le da al alma.
Dejar la rutina de lado es como un recital de poesía declamada ante el absorto silencio.
Dejar la rutina de lado es recitar en la mente ese poema de Benedetti que tanto se ha leído.
Es creer en el sentimiento, es volver a sentir, es anhelar lo prohibido, es creer.


Y es que a veces, solo a veces, se le da permiso a la razón para que pueda el corazón sentir. 

8/11/14

La mujer detrás de un diagnóstico médico

En un artículo publicado por la American College of Rheumatology se describe el Síndrome Antifosfolípidos (SAF) como una enfermedad autoimnune que puede causar la formación frecuente de coágulos en venas y arterías, y abortos espontáneos. Los coágulos se producen debido a la presencia en la sangre de proteínas denominadas autoanticuerpos antifosfolípidos (aFL), que atacan los propios tejidos de la persona. Estos autoanticuerpos interfieren con la coagulación, lo que conduce a la formación de coágulos o trombosis (el flujo de sangre se detiene debido a un coágulo).

Tengo treinta años, soy primogénita, la mayor de tres mujeres, nací un sábado catorce de julio de 1984 en la noche, profesionalmente me forme como relacionista pública y me desempeño como gerente de mercadeo y fui diagnosticada con Síndrome Antifosfolípidos hace nueve años.

Quiero aclarar que el SAF no es contagioso, simplemente se trata de una enfermedad que provoca que mis propias defensas hagan daño a mis vasos sanguíneos y a mi sangre; es decir mi organismo se volvió un poco loco y se daña así mismo.

Al producir una cantidad insuficiente de plaquetas en mi médula ósea dependo de una pequeña pastilla que me acompañara el resto de mi vida; sin embargo es común que tenga sangrados en mi boca y encías, hematomas que forman parte de mi outfit, hemorragias nasales y pequeñas manchas rojas llamadas petequias.

Debido al SAF sufrí también una trombosis ocular en la vena central de la retina en mi ojo derecho; debido a ello he sido operada nueve veces en termino de cinco años; cirugías que dejaron unas bellas marcas alrededor de mi ojo que tan solo cuenta con un 10% de visión.

Pero más allá de todo este sin fin de generalidades médicas hay una mujer que siente, que ha tenido miedo, que se ha enfurecido y quien inevitablemente ha llorado y que llora, una mujer arisca (Como me dijo alguien), una mujer que comúnmente está a la defensiva. Lamentablemente no soy de piedra (Que más quisiera yo) pero cuando lidias con una enfermedad lidias contra tus propios sueños, anhelos, se lucha contra lo que se quiere.

El SAF no solo cambio mi condición médica, el SAF cambio mi vida.