28/11/12

Crónica de un concierto a cielo abierto


Cuando se escabullo el rumor sobre el concierto de Serrat y Sabina en el país lo primero que pensé fue en quebrar el chancho destinado a casos de emergencia. Es decir, comprar las entradas para dicha visita representaba una emergencia ¡Dios gracias el chancho sigue intacto!

En fin la cuenta regresiva después del “tarjetazo” se hizo eterna, casi una suplicia, hasta que el reloj dio las 8:35 p.m. el pasado miércoles 21 de noviembre. 

Puntales; curiosamente acción inversa a la acostumbrada por ticos y productoras, al ser las ocho y treinta y cinco minutos dos marionetas de pájaros anunciaron bajo las voces de Serrat y Sabina lo que vendría a ser uno de los mejores conciertos a los que esta mortal a logrado ir. Me dejaría decir incluso que podría catalogarse como uno de los mejores conciertos del año. ¡Ojo, es mi más humilde opinión! 

Pues bien, dejando atrás el preámbulo, goce (no encuentro mejor palabra) un escenario que sostuvo a un par de grandes iconos de la música latinoamericana, quienes se dedicaron a basurearse entre tertulias que entrelazaban con cada una de sus canciones. Esos tipos me sacaron desde lágrimas hasta carcajadas. No por nada iniciaron con Hoy puede ser un gran día.

En medio de un escenario que jugaba con las luces transcurrió la noche. Transcurrió con el juego de palabras entre Serrat y Sabina, entre monólogos que iban de aquí para allá, de allá para acá, intercambiándose para cambiar de vestuario tras bambalinas. Un traje negro con o sin chaleco, un sombrero muy a lo Sabina, bastones para afirmar el paso, una mesa con dos copas y una botella. Quizás, y porque no una caja de cigarros (mi miopía y astigmatismo no dieron para tanto) ellos ahí gozando tanto como gozo su público. 

No hubo canción que no sacara a relucir la capacidad de desgalillarnos de los asistentes…

Y me envenenan los besos que voy dando
Y sin embargo cuando duermo sin ti  
contigo sueño
,

Corear Sin embargo, corear y aplaudir al cielo en tanto Sabina entonaba con una chica al lado con un poncho rojo Por el boulevard de los sueños, una canción para Chavela Vargas. Corear, corear y corear de pie algunas veces, ensimismados en las butacas otras.

Ese juego casi a la silla caliente nos puso en pie cuando con una sola nota en la guitarra, Sabina, consiguió la conspiración de todo un estadio cantando letra por letra la reconocida canción 19 dias y 500 noches.

Del amor al desamor, de la alegría a la nostalgia, de la ironía a la razón. Durante tres horas (las mejores en mi vida) todo un repertorio con sus grandes éxitos y canciones del álbum Orquesta del Titanic, como Hoy por ti mañana por mi, entre otras, dieron una serenata a cielo abierto bajo una noche fría de noviembre, que empezó sin lluvia y concluyo con un baldazo. 

20/11/12

Retrato hablado



Viajas a la sombra de la vida, por calles y avenidas.
Quizás por ello nos encontramos aquel día.
Y sin más nos hallamos casi que a escondidas.
Vas en el camino con un cigarro en la mano,
con una pipa en el bolsillo bajo un cielo roto.
Vas por esas calles frías saludando a conocidos.
Vas como probablemente también iría yo.
Ya en casa, quizás, el mismo letargo te acompaña.
Ya en casa quizás cruzas a ciegas un sinfín de imágenes
y haces de ellas una alucinación, tan similar como tus gestos.
Ahí en casa, en la esquinita sin calle casi como la calle melancolía
que interpreta Sabina, probablemente enciendes de nuevo un cigarro,
y recuerdas que a pesar de haberte mudado hace años del barrio, volviste a él.
Vuelves al tiempo, al letargo, al silencio, a la casa esquinera donde susurras,
donde lloras, donde cuestionas y empecinas ideas, palabras, lágrimas.
Pero como lo has dicho, siempre has hecho el intento y nada ha salido.
Y no es que no llegues, es que en tu mente todo es melancolía.
Y te castigas, de tanto andar sin encontrarte.
Y te castigas fumando solo, bebiendo solo antes de dormir,
y duermes sin resolverlo. Y te enfadaste con la vida. Y conmigo.
Y aquí estoy sin ser psicóloga, ni psiquiatra, trepándome en tu cama,
enredándome en tu espalda, sujetándote las manos.
Y si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
no solo se escucharte en la barra de un bar.


9/11/12

R.I.P


Soy costarricense de sepa, como diría mi abuela. Nací en un país que a pesar de ser pequeño en extensión (51.100 kilómetros cuadrados para ser exacta) nos destacamos entre las naciones del mundo por nuestro sistema democrático.
Quizás por esa razón el expresidente de Uruguay Jose María Sanguinetti, expreso "Donde sea que haya un costarricense, no importa donde esté, siempre habrá libertad".
¡Ups! Por esa razón, y ante los acontecimientos de las últimas semanas, lo que Jose María Sanguinetti expreso hace eco en mi cabeza, más aún cuando las planas de los principales medios de comunicación de mi país ponen en evidencia el caos que la suiza centroamericana esta afrontando.
El país en el que nací, a diferencia de otras naciones, ha privilegiado a sus ciudadanos con el derecho de ser educados. La alfabetización, la cual debemos al papel del Dr. Florencio del Castillo quien nos represento en las Cortes de Cádiz y creo la Casa de Enseñanza de Santo Tomás es una de las razones por las que esta tica lee y escribe. Es decir, el analfabetismo no fue, ni es una opción para las mujeres y hombres que habitamos tiquicia; como popularmente decimos.
Por tanto me atrevo a decir que los ticos y las ticas somos educados con el fin de mejorar nuestra condición social, y lograr así el progreso de nuestra sociedad.
Somos educados bajo el precepto de la libertad, de la paz, de la igualdad, con una larga tradición democrática, que nos ha caracterizado por evitar conflictos que involucren acciones militares. No por nada el primero de diciembre de 1948, nuestro expresidente José Figueres Ferrer, conocido como “Pepe” Figueres, disolvió el ejercito en Costa Rica.
La abolición del ejército simbolizo el inicio de una época que ha trascendido hasta hoy; o al menos así deseo pensar, donde el gobierno se preocupa más por la seguridad y educación del país.
Es decir si soy tica es porque vivo en un país tranquilo, que ha evitado los conflictos militares resolviéndolos a través de negociaciones. Porque vivo en un país que busca la igualdad social a través de la educación gratuita, derecho adquirido constitucionalmente en 1869, un país que abolió la pena de muerte en 1882 y la disolución del ejército en 1948.
La breve reseña es tan solo una excusa para recordarme, y porque no recordarle, de donde venimos, y porque en lo personal me indigna lo que esta sucediendo en mí país.
Porque el país que nos educo, hoy nos reprime. El país sin ejército del que nos hemos jactado, hoy ejerce poder contra su propio pueblo. Hoy el país que se hace llamar uno de los países más felices del mundo, tiene a los ciudadanos más indignados y consternados, una sensación lejana a la felicidad.