31/12/15

Gracias 2015

Wikipedia dice que un calendario es una cuenta sistematizada del transcurso del tiempo. Y qué es el tiempo, algo que se gana o que se pierde, una de las cosas más intangibles que logra hacernos perder la noción de lo que es la vida en sí.
¿Porque un treinta y uno de diciembre mi mente se inquieta con tan solo dos palabras, calendario/tiempo?
Hubo un momento en este 2015 en el que sentí estar viviendo el mejor año de mi vida, pero me equivoque, y aunque podría catalogarlo como el peor año de mi vida, me tropecé con un artículo que me hizo reflexionar.
Es la primera vez en mis treinta y un años que voy a pasar año nuevo “sola”, sin embargo sigo haciendo devotamente mi ritual justo cuando el calendario; ese que lleva una cuenta sistematizada del tiempo, se acaba, porque siento esta necesidad de repasar en mi mente y en mi corazón todo lo que este dos mil quince trajo a mi vida, repaso cada mes, haciendo hincapié en días importantes. Lo hago con el único fin de liberarme, de ser libre de mi misma, de amarme y perdonarme por todo cuanto hice y no hice.
En este momento a solas que me doy; donde solo el viento se escucha a mí alrededor, me enfrento a mí misma, y mirándome a un espejo me pregunto ¿Qué aprendiste este año Tatiana Melissa Vargas Mora?
Y en ese repaso mes a mes, me doy cuenta que este ha sido el año en el que he crecido como nunca antes. Aprendí cosas nuevas, experimente nuevas sensaciones, emociones y sentimientos, y confirmé otro tanto más sobre aquello en lo que creo e incluso en lo que no creía.
Reconozco que no sé cómo maneje, enfrente y logre sobrevivir a muchas cosas, pero lo hice, y aquí estoy, herida pero en pie. ¿La lección? No importa cuando rotas estén mis alas, siempre halle la fuerza para emprender el vuelo.
Aprendí que mi familia, aun no siendo perfecta debe estar siempre en primer lugar, porque los lazos que me unen a ellos no pueden romperse jamás. Porque ese círculo de amor es mi linaje, es de donde provengo, y aunque intente alejarme no hallaré jamás un amor tan real como el que nos damos aun habiendo diferencias, aun fallándonos. ¿La lección?  El motor de mi vida es mi familia, mi mayor bendición.
Qué decir de mis amigos, qué decir cuando me distancie de ellos durante un año; pero aun sin hablar, sin pasar con ellos el tiempo que tanto les dedicaba, acá están, siendo como siempre un regalo de Dios. Mi bastón han sido ellos, mi luz cuando quede a oscuras fueron ellos. Esas voces que siempre me dicen lo que no quiero escuchar siguen aquí, a pesar de haberles fallado. ¿La lección? Simple, hoy cuando no sé ni por dónde empezar de nuevo, mis amigos son el bálsamo que está curando mis heridas, las palabras que me animan a no flaquear.
Y sobre aquellos que ya no son parte de mi vida, aprendí que tan solo llegaron a cumplir un propósito en mí, y al concluir su misión ya no pueden seguir siendo parte de mi historia. Y aunque ha sido doloroso entender por qué, agradezco a Dios que hayan sido parte de este ciclo.  
Pero en tanto unos se marcharon, aprendí que en su paso abrieron camino para aquellos que no conocía y el destino dispuso que encontrarnos para vivir nuevos momentos, que aun sin entender están transformando mi vida.
Aprendí que al amor no le basta el amor, que el amor necesita ser entendido y aceptado, y aunque es un tema tan relativo, aprendí que merezco un amor de verdad.
Finalmente en el resumen de los daños que yo misma me cause, aprendí que el tiempo perdido no existe, porque ese erróneo concepto me enseño que puedo aún continuar haciendo realidad mis sueños, haciendo las cosas según dicte mi corazón, tendiendo cuidado más no miedo, porque son palabras y emociones distintas.
Es decir este año aprendí que mi Fe es mi escudo y mi oración el bastón que Dios tallo para mí, porque aun cometiendo tantos errores Él me enseñó en estos trescientos sesenta y cinco días que la fuerza del amor es el motor que mueve el mundo, y que ese mundo de igualdad, amor y respeto quiero vivirlo, pero debo primero empezar conmigo misma.

¡Gracias 2015 por todo cuanto me enseñaste! 

8/11/15

Sin miedo al sentimiento

Quiero abrazarte, y que me abrazas, besarnos. Quiero sentir el abrigo de tu pecho desnudo al dormir, despertar confiando en ti. 
Quiero conocer aún más de ti, porque entendí que la risa se siente mejor cuando estoy contigo. Porque quiero apoyarte en tus decisiones, estar ahí y ser parte de ello. Construir esa intimidad que nace solo en medio del silencio.

Y es que Denisse Márquez no pudo haberlo escrito mejor... Quiero dormir contigo en el sentido más inocente de la palabra. Quiero darte un beso de buenas noches, apagar la luz y acostarme a tu lado. Quiero estar allí, y oírte respirar el mismo aire que yo. 

Y es que no es un tema solo de atracción, es simplemente que no quiero estar lejos de ti, porque quiero aprender a quererte tal como eres. Aprender a querernos aun siendo imperfectos. 

Porque puedo tener la seguridad que querrás mis caderas anchas y mis pechos pequeños, porque podre desnudarme frente a ti sin complejos, porque querrás mi cuerpo y mi alma por igual. Y yo querré cada lunar que hay en tu cuerpo, cada cicatriz de tu alma, cada recuerdo del pasado, un pasado que me hará valorar aún más quien eres. 

30/9/15

Parafraseando a Walter Riso y a Saramago

Necesitas de mucho valor para amarme. Soy una mujer marcada por mi pasado. Una mujer de carácter fuerte pero de corazón bueno. 
Me he levantado siendo más fuerte después de una aparente caída, o varias.
A través del sufrimiento aprendí cual es el verdadero valor de la vida y estoy dispuesta a darla por una buena causa.
Necesitas de mucho amor para curar mis heridas, mis desilusiones, mis equivocaciones, pero sobre todo, necesitas ser inteligente. Muy inteligente.
Porque tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. 
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza. Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirme en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¡Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!. 

12/9/15

Cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir

Dicen por ahí que cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir.

Una de las cosas más difíciles para mí es reconocer mis sentimientos. Pero muy a pesar de mi resiliencia sigo siendo una criatura romántica y sentimental. Sí transcribo las palabras de Allende porque en ellas he hallado la mejor descripción de esta chiquilina quien te quiere y jamás se arrepentirá de ello.

No planeaba que esto sucediera, es, es raro, pero pasó. Sabía que lograríamos todo cuento quisiéramos en nuestras vidas y proyectos. Aprendimos a querernos, nos convertimos en amigos, de esos que hacen planes juntos, que se dicen buenos días y buenas noches, de esos que comparten todo cuanto son y cuanto tienen.

Pero el estar diciéndonos “hagámoslo, hagámoslo juntos” es lo que me llevo a tomar una decisión. El destino nos llevará por caminos diferentes; es importante que lo sepas.

Me quieres, lo sé, lo siento cada vez que rodeas con tus manos mi cintura en tanto de puntillas recuesto mi cabeza en tu pecho para sentir los latidos de tu corazón. Y es que con cada abrazo que nos damos acomodas mi alma.  

Por ello hoy quiero agradecerte, aunque extraño parezca, el que hayas formado parte de mi vida, porque me enseñaste a vivir conmigo misma, a valorarme y amarme como siempre debí haberlo hecho.

Los sentimientos no siempre son sencillos. Pero hoy sé que lo que siento por ti me quita lo que debo darme a mí primero. Sí, siempre se da y sin pedir nada a cambio, pero inconscientemente me he visto, he visto a una mujer que te quiere y da todo por ti, una mujer que calla en tanto sueña despierta, una mujer que cree que algún día le verás como mujer, que espera dejar de ser la amiga.  

No puedo continuar entregándote algo que ni siquiera tengo para mí misma. Llego la hora de pensar en mí. Llego la hora de reconocer que deje de verte como amigo. Yo te quiero, quiero al hombre que hay en ti.  

Pero no, yo no soy ellas, no soy esa chica de bares a la que conquistas con trivialidades poco sentimentales, no soy la chica que sacas para llevarla a un motel, no soy la bebedora de whisky, la que fuma marihuana, escucha rock y sigue tus pasos como una sombra. Yo, yo soy una mujer.


Una mujer que supo darse cuenta a tiempo que quererte no es ni será suficiente.



26/8/15

Me voy


El error es no haber sido sincera contigo. El error fue dejar ser a un sentimiento un secreto a voces.
Me sentí tan atraída por ti por ese aire apasionado y seguro que te hace ser.
Siempre supe que entre nosotros nunca llegaría a pasar nada, porque nuestras vidas son bastante distintas, pero la conciencia realista no evito que aprendiera a quererte, y por ello equivocadamente intente seguirte el ritmo, de acostumbrarme a ese paso extremadamente rápido que llevas de la vida, pero en el intento deje de ser quien soy.
He sido mi propia “carcelera” los últimos meses; no eres el culpable, es importante que lo sepas antes de seguir.
Busque transferirte toda mi fuerza y poder en nombre de lo que me haces sentir, pero esta clase de sentimiento tan solo ha destruido la conexión con mi propia fuerza. Deposite en ti mi fuerza, mi seguridad; y recalco no es un reproche asumo la responsabilidad de mis sentimientos, no me obligaste a quererte, yo decidí hacerlo.
Aun siendo tan distintos conectaste con mi corazón, y quiero creer que me has respetado profundamente, me prestaste apoyo, te convertiste en mi amigo y agradezco a la vida que lo hayas sido; pero ha llegado el momento al que tanto temía, debo irme.
Me voy agradeciéndote todo cuando hiciste por mí, me voy porque antes de quererte a ti, mi amor propio no me permite seguirte.
Me voy guardando en mi piel nuestros abrazos, esa sensación de sentir el latido de tu corazón, la respiración pausada de tu pecho y el olor de quien eres en esencia.
Sí, me voy guardando en mis recuerdos quien en realidad eres, porque esta chiquilina conoció a un hombre maravilloso que le enseño la gran lección de amarse así misma antes que a los demás. 

16/7/15

En este momento de mi vida

Subí al tercer piso con un ligero equipaje, consciente de que al cumplir 30 no pasaría desapercibida. Para bien o para mal el numerito este nos confronta sobre lo conseguido y lo pendiente por alcanzar, todo gracias a la presión social que se ejerce sobre cada mortal en esta tierra.

Casarse, trabajar, tener hijos o abandonar el hogar paterno son la idea central de cualquier conversación en la que una se vea involucrada.

Las expectativas de lo que debía alcanzar versus lo que verdaderamente logré al llegar al tercer piso es el origen de los más épicos conflictos a los que hoy me enfrento.


En los últimos seis meses de mis treinta años han surgido ciento y un interrogantes, he sentido miedo, angustia, temor, me he “torturado” a mí misma, pero la montaña rusa de emociones la he vivido a plenitud y consciente.

A dos días de hacer cumplido treinta y un años veo en el espejo el reflejo de una mujer que está defendiendo sus ideales; no lo que la sociedad demanda de mí,  y aunque es un desorden puedo decir que es esta la mejor etapa de mi vida, porque en los últimos seis meses aprendí que lo común no necesariamente es normal, que ser buena no es sinónimo de ser idiota, es tan solo una virtud, porque parafraseando a Charles Chaplin, decidí que mi cuerpo desnudo le pertenecerá solo a aquel que se enamore de mi alma desnuda, porque el tamaño de mis pechos no definen mi valor, aprendí que suponer no es una opción, que ser autentica es un deber conmigo misma, que hacer y dar siempre lo mejor es tan solo un compromiso con mi mente y mi corazón, que sí alguien me lastima es porque yo así lo decidí, soy dueña de mis emociones.

Es decir en este momento de mi vida en el que llevo mi cabello largo, en el que las gafas me siguen caracterizando gracias a la miopía, al astigmatismo y a un coágulo en la vena central de mi ojo derecho, en el que sigo midiendo lo mismo de hace diez años, en el que soy más consciente que nunca de mi diagnóstico médico, en el que sigo siendo asustadiza y le sigo teniendo miedo a los temblores… me he reconocido desnuda en cuerpo y alma, reconociendo a la mujer que soy, una mujer activa, ingeniosa, ocurrente, imaginativa, creativa, con dones y talentos desbordantes, desafiante y ambiciosa, con un carácter hermético, testaruda, una mujer que piensa, repiensa y medita, rigurosa aun siendo un tanto indisciplinada, con un sentido inminente de equidad; y aunque me siento vulnerable me exijo ser fuerte, sobre todo en este proceso de cambios y transformaciones, porque entendí que mi vida me pertenece y ser la extensión de otros no es una opción, y es que está bien que no estén de acuerdo conmigo, la discrepancia es enriquecedora. Porque en este bombardeo de comentarios que van y vienen en mi contra, simplemente me pregunto ¿Qué puedo hacer mejor? 


En fin, llegue a mis treinta y un años con una cuenta bancaria que está en cero, una casa por pagar, dos tarjetas de crédito, llegue siendo un número más en el infinito índice del desempleo, llegue con el mismo equipaje con el que me prepare para llegar a los treinta hace un año y aunque no han sido días fáciles recuerdo una frase Nora Ephron “Sobre todo, sé la heroína de tu historia, no la víctima”. 


17/5/15

¡Yo te quiero!

Pues bien he de decir que cometeré un suicidio emocional, y aunque sería de gran ayuda moral tener dentro un par de Jägermeister, no tengo más que tres tazas de café y un cigarro apoyándome moralmente.
El tema es sencillo, te quiero, si esa es la cuestión ¡Yo te quiero!
Te quiero aunque no entiendas un carajo de poesía. Te quiero aunque no puedas escuchar a Atahualpa Yupanqui o a Violeta Parra sin dormirte. Te quiero porque a pesar de que sabes que más de la mitad de los libros en  mi biblioteca son novelas, sigues agregando nueva literatura a mi vida.
Te quiero porque desde nuestro primer abrazo entendí que no quiero estar lejos de ti.
Y si, lo sé, vos también me quieres, no justamente del mismo modo, pero me quieres, y por eso es que te escribo.
No quiero atentar contra tu libertad, puedes pensar, creer y sentir lo que te dé la gana, pero quiero que sepas que te quiero, y que como dice Cortázar confío plenamente en la casualidad de haberte conocido.
Y es que sé cuan difícil de entender soy, que probablemente pienses que estoy loca, sé que a veces no te contesto bien, que lo despistada ya está convirtiéndose en un problema, que soy terca (Igual que vos eres un terco), que lo arisca me acostado dejar de sentir tus caricias. Pero cuando no me entiendas, cuando pienses “Qué mujer tan loca”, solo bésame en la frente, cuando no encuentre las cosas solo ayúdame a encontrarlas, cuando la terquedad se apodere de mi vamos por un café del día a Starbucks, y cuando la mujer arisca que hay en mi salga a relucir solo abrázame de verdad porque es en tus brazos donde quiero estar.
Y sí lo sé, esto es una locura, pero que puedo hacer, yo solo aprendí a quererte tal como eres, a querer y admirar el hombre en quien te has convertido. 
Toda esta hablada se resume en que sin importar lo que pase quiero dormir contigo, en el más inocente sentido de la palabra, quiero que camines hacia tus sueños en tanto voy a tu lado caminando por los míos, quiero empezar y terminar el día diciéndote que te quiero, aún sabiendo que no será fácil, pero que valdrá la pena, compartir mi café contigo, y porqué no lo que me quede de vida.  




   

3/5/15

Desliz emocional

El desliz de haber aprendido a quererle 
me ha llevado a mutilarme el alma
cuando las palabras intoxican hasta el silencio
ya no hay remedio alguno.

Y es que, aunque piense que es él mi forma ideal de sentir
hoy todo marcha en sentido contrario
porque he dejado de escuchar sus elogios
de sentir sus leves caricias
porque a su lado estoy a la defensiva 
y es así como reconozco que es necesario mi retorno 
retornar a mi lugar en este mundo.

8/4/15

Renuncia voluntaria


Renuncio a vos, serenamente,
como renuncia el alma a la vida ante la muerte.
Renuncio a vos, consiente,
como renuncian las palabras abatidas.

Renuncio a vos porque es inútil prolongar el duelo.

Renuncio sin haber pronunciado palabras,
sin saber cuan profundos han de ser tus besos.

Renuncio, sin previo aviso,
sin lágrimas, más si un puñado de sonrisas;
porque es sana la distancia
cuando no permuta el mismo sentimiento.

17/1/15

Hoy no te quiero. Hoy te odio



Estoy hecha de experiencias, de caídas, de cicatrices. Hecha a base de errores, de estúpidos errores que cometí y cometo, de libros, de poesía, de canciones. Estoy hecha de mis propios abrazos, de miedos y complejos. Hecha de lágrimas silenciosas que ahogaron mi alma, de sonrisas y carcajadas, de un corazón que se niega a sentir, de una mente insaciable que me invita a seguir. Hecha de decepciones acompañadas de besos inexpertos.
Estoy hecha de Fe, de esperanza y amor. Hecha a imagen y semejanza de quien más me ama; aun cuando a veces no pueda comprenderlo.
Estoy hecha a base de recuerdos, de experiencias, de un primer amor tan toxico como el alquitrán, de un amor que fue y no lo fue.
Y aun siendo quien soy, hoy no te quiero, hoy te odio porque llegaste a recordarme que aún estoy hecha de sentimientos, y que es en tus brazos en donde recuerdo que aun puedo sentir.