30/9/15

Parafraseando a Walter Riso y a Saramago

Necesitas de mucho valor para amarme. Soy una mujer marcada por mi pasado. Una mujer de carácter fuerte pero de corazón bueno. 
Me he levantado siendo más fuerte después de una aparente caída, o varias.
A través del sufrimiento aprendí cual es el verdadero valor de la vida y estoy dispuesta a darla por una buena causa.
Necesitas de mucho amor para curar mis heridas, mis desilusiones, mis equivocaciones, pero sobre todo, necesitas ser inteligente. Muy inteligente.
Porque tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. 
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza. Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirme en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¡Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!. 

12/9/15

Cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir

Dicen por ahí que cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir.

Una de las cosas más difíciles para mí es reconocer mis sentimientos. Pero muy a pesar de mi resiliencia sigo siendo una criatura romántica y sentimental. Sí transcribo las palabras de Allende porque en ellas he hallado la mejor descripción de esta chiquilina quien te quiere y jamás se arrepentirá de ello.

No planeaba que esto sucediera, es, es raro, pero pasó. Sabía que lograríamos todo cuento quisiéramos en nuestras vidas y proyectos. Aprendimos a querernos, nos convertimos en amigos, de esos que hacen planes juntos, que se dicen buenos días y buenas noches, de esos que comparten todo cuanto son y cuanto tienen.

Pero el estar diciéndonos “hagámoslo, hagámoslo juntos” es lo que me llevo a tomar una decisión. El destino nos llevará por caminos diferentes; es importante que lo sepas.

Me quieres, lo sé, lo siento cada vez que rodeas con tus manos mi cintura en tanto de puntillas recuesto mi cabeza en tu pecho para sentir los latidos de tu corazón. Y es que con cada abrazo que nos damos acomodas mi alma.  

Por ello hoy quiero agradecerte, aunque extraño parezca, el que hayas formado parte de mi vida, porque me enseñaste a vivir conmigo misma, a valorarme y amarme como siempre debí haberlo hecho.

Los sentimientos no siempre son sencillos. Pero hoy sé que lo que siento por ti me quita lo que debo darme a mí primero. Sí, siempre se da y sin pedir nada a cambio, pero inconscientemente me he visto, he visto a una mujer que te quiere y da todo por ti, una mujer que calla en tanto sueña despierta, una mujer que cree que algún día le verás como mujer, que espera dejar de ser la amiga.  

No puedo continuar entregándote algo que ni siquiera tengo para mí misma. Llego la hora de pensar en mí. Llego la hora de reconocer que deje de verte como amigo. Yo te quiero, quiero al hombre que hay en ti.  

Pero no, yo no soy ellas, no soy esa chica de bares a la que conquistas con trivialidades poco sentimentales, no soy la chica que sacas para llevarla a un motel, no soy la bebedora de whisky, la que fuma marihuana, escucha rock y sigue tus pasos como una sombra. Yo, yo soy una mujer.


Una mujer que supo darse cuenta a tiempo que quererte no es ni será suficiente.