30/1/12

Descendencia


Mi abuela tuvo once hijos, de los cuales hoy quedan diez
en total la suma da: treinta y seis nietos,
cuarenta y ocho bisnietos y cuatro taranietos.

Somos descendencia naciada del campo,
provenientes de cafetales y posas en el bajo del río.

Ellos, arreaban vacas, montaban caballos y ordeñaban al alba.
Abuela lavaba en el río, palmeaba tortillas y atizaba el fogón.

Los estañones viejos guardaban contrabando.

Así fueron esos tiempos que relatan,
esos que son el reflejo de lo que somos
de la semilla que germino y germina
en toda una descendencia.

11/1/12

El testamento (2002)


Ayyy amores de colegio, esos que se fueron con el tiempo y llegan de visita cuando aparece la nostalgia, son como un mal chiste que hace gracia sin querer. Las más locas ocurrencias se vivieron, ahí, entre pasillos polvorientos y canchas improvisadas frente a chillonas paredes rosadas. Compartiendo vacaciones en Semana Santa, a medio año, feriados y fines de semana. Fueron tantas mejengas, campeonatos, lavadoras que sirvieron de hieleras los viernes por la noche, perdidas en el Silencio o El Rodeo, caminadas allá por Las Nubes, tardes en el Maracana. Todo un remolino de cenizas fue aquella época, un testamento de experiencias y resacas que heredaron algo así como amistades para hoy recordar.

7/1/12

El hombre que me ame, según Gioconda Belli*


Según Gioconda Belli
el hombre que me ame
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
Podrá gritar: te quiero
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

Más según la realidad
el hombre que me ame
no me escuchará decir te quiero en voz alta
ni le confiare mis silencios
no andaré de su mano,
no es algo que se me dé
Porque por más que quiera no puedo
me gana el miedo
Porque el más bellos de los sentimientos
no lo se sentir.  

*Después de leer  El hombre que me ame, de la autora nicaragüense Gioconda Belli.

Un siete de enero


Me duelen las nalgas de estar sentada, a ratos escribiendo, a ratos leyendo. / El hábito de amanecer viendo a todos dormir en casa volvió. / Mientras los perros del frente ladran y los de al lado responden, los ronquidos de mi hermana y de Sofí se responden entre sí. / Desde hace dos años tenemos cortinas en la casa. Es decir, ya no vivo en Coronado. / Aquí, donde ahora vivimos, desistimos de usar coffe maker, y cambiamos los filtros por una bolsa para chorrear el café. / Deje (debería decir, dejamos) de ir a misa los domingos. / Aquí, le sigo teniendo miedo a los temblores, los lunares en mi cuerpo no han cambiado de lugar, y llevo la misma mancha en la nuca y un coagulo de sangre en la retina del ojo derecho. / Tengo la misma lista de exnovios, la que empieza con él, y termina en él; y unos cuantos pretendientes que termino espantando con gracia y aplomo./ Sigo durmiendo con tres almohadas: una para apoyar la cabeza, otra que abrazo boca abajo y una entre las piernas, por aquello del frío. / Y hoy, precisamente que no consigo dormir hay ropa colgada y zapatos regados entre un silencio discreto a las tres de la mañana.

6/1/12

Teoría sobre un hospital


Tras paredes de cemento 
se salvan vidas ¿almas?

Extrañamente se le odia,
al mismo tiempo que se le extraña

Mientras los turnos rotan,
entre esfigmomanómetros
se escuchan quejidos, alaridos, 
llantos desgarradores y silencios,
que anuncian la llegada de agonías

En ellos (los hospitales) entre pasillos
el  olor a muerte se abalanza en estampidas
apilando cadáveres desahuciados
aún cuando los tanques de oxigeno 
pareciesen funcionar.

3/1/12

pa´dormir

pa´dormir con este frío,
se me antoja acurrucarme en la calidez de tu pecho,
aprovechando el viento que pega contra la ventana
que tienes junto a la cama.

pa´dormir entrepiernarnos, con este frío,
a oscuras, solos los dos,
arropados por las latas de zinc viejo
que retumban alrededor de la casa.

dormir, eso sí con medias,
pero contigo.

2/1/12

Los doce meses, de un dos mil once

Un inicio de año bailando en media calle
Un San Valentín festejado, en mis sueños
Unas cuantas visitas al hospital
Un rencuentro con el silencio en un rinconcito de Osa
Unos cuantos, sino es que muchos, fines de semana breteando
Una reconciliación a medias
Un fin de semana en Tamarindo & El Coco
Una romería inconclusa
Un brete nuevo, entre Calles y Avenidas
Una noche de guari tour en los Santos
Una fiesta de media teja bien organizada
Una nueva dosis diaria