Me duelen las nalgas de estar
sentada, a ratos escribiendo, a ratos leyendo. / El hábito de amanecer viendo a
todos dormir en casa volvió. / Mientras los perros del frente ladran y los
de al lado responden, los ronquidos de mi hermana y de Sofí se
responden entre sí. / Desde hace dos años tenemos cortinas en la casa. Es
decir, ya no vivo en Coronado. / Aquí, donde ahora vivimos, desistimos
de usar coffe maker, y cambiamos los
filtros por una bolsa para chorrear el café. / Deje (debería decir, dejamos) de
ir a misa los domingos. / Aquí, le sigo
teniendo miedo a los temblores, los lunares en mi cuerpo no han cambiado de lugar, y llevo la misma mancha en la nuca y un coagulo de sangre en la retina del ojo derecho. / Tengo la misma lista de exnovios, la que empieza con él, y termina
en él; y unos cuantos pretendientes que termino espantando con gracia y aplomo./
Sigo durmiendo con tres almohadas: una para apoyar la cabeza, otra que abrazo boca
abajo y una entre las piernas, por aquello del frío. / Y hoy, precisamente que no consigo dormir hay ropa
colgada y zapatos regados entre un silencio discreto a las tres de la mañana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario