La utopía hecha pedazos
El despertador que no calla
viaja a la inversa
del segundero,
ese que yace en su cama.
El camino que caminamos
viaja en paralelo a los gestos
a esos que esconden las miradas.
Somos sonrisas, silencios,
computadoras encendidas,
a mitad de la madrugada.
Es entonces...
mirarnos, hablarnos,
Es por tanto
escucharnos.
Es decir
es vivir viviendo verdades.
Y ¡Sí!, es verdad, es esto una utopía,
más no la extensión de un verso.
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