Le he dado un vistazo a la noche, y me he puesto a recordar los amaneceres llenos de nostalgia que nos llamaban a confesar el paso fúnebre que cargábamos al andar.
me he puesto a recordar como velabas mi felicidad, con la fuerza venidera del camino largo que recorríamos al hablar.
me he puesto a recordar, y al recordar algo luminoso, y sin igual, me inundo en lágrimas al mirar atrás.
recordé nuestro confesionario, ese impenetrable rincón que nos protegía y en donde algunas veces peleamos codo a codo; yo desahuciada, y vos sin esperanza alguna de volver a sentir.
y recordé, recordé como nos levantamos, cuando vos dijiste “estamos vivos, y hay que seguir”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario