25/1/17

Lo que me enseño un amor bonito


La palabra relación no existía en mi vocabulario, pensar en ella era cómo pensar en algo de corte demoníaco, qué peor cosa puede existir sobre la faz de la tierra que una relación, me cuestionaba. Pero simplemente paso, y fue un amor bonito.

Me arriesgue, sin cuestionamientos, sin prestar la suficiente atención a lo que hacía; hay ocasiones en que una se cree muy valiente, y piensa que nada malo podría pasar.

Acepte inconscientemente convenios que resultaron infortunitos y trajeron consigo noches sollozantes. Pero de que fue un amor bonito, sí, lo fue.  Aun cuando pudimos desencadenar una “bella” historia de amor, hoy somos dos desconocidos que se conocieron más allá de lo que pudimos imaginar.  

Él fue mi amor bonito cuando comencé a sentir de más, cuando me descubrí deseosa de compartir más tiempo a su lado, cuando me permití llevarlo a casa, cuando le abrí la puerta que daba hacia mi cama.  
Fue mi amor bonito cuando frente a conocidos y desconocidos entrelazamos nuestras manos, cuando empezaron las llamadas matutinas y vespertinas.   
Y hoy que ya no está aprendí que no es tan malo ver hacia el futuro sujeta a la mano de alguien, que pensar en el porvenir es una forma de decir te quiero.
Nunca me lastimo la idea de que pudiera estar con alguien más porque me hizo sentir segura, porque conversar sobre nuestras opiniones y decisiones en general era una razón para sonreír sin importar el cansancio que nos arropaba entrada la madrugada.  
Fue y será mi amor bonito porque nunca necesitamos firmar un acuerdo de exclusividad para dejar ser lo que fuimos. Porque amaba perderme en sus ojos, dormir recostada en su pecho y ver películas sin dormirme.
Pero rompimos las reglas de eso que llaman “relaciones abiertas”, y nos equivocamos, nos perdimos en un amor bonito, la negación nos enfrentó hasta separarnos.  
Lo que me enseño un amor bonito es que mi corazón encontró lo que anhelo por años, y aunque no fue una historia de amor con final feliz, al final al recordarlo esbozo una sonrisa. 

31/12/15

Gracias 2015

Wikipedia dice que un calendario es una cuenta sistematizada del transcurso del tiempo. Y qué es el tiempo, algo que se gana o que se pierde, una de las cosas más intangibles que logra hacernos perder la noción de lo que es la vida en sí.
¿Porque un treinta y uno de diciembre mi mente se inquieta con tan solo dos palabras, calendario/tiempo?
Hubo un momento en este 2015 en el que sentí estar viviendo el mejor año de mi vida, pero me equivoque, y aunque podría catalogarlo como el peor año de mi vida, me tropecé con un artículo que me hizo reflexionar.
Es la primera vez en mis treinta y un años que voy a pasar año nuevo “sola”, sin embargo sigo haciendo devotamente mi ritual justo cuando el calendario; ese que lleva una cuenta sistematizada del tiempo, se acaba, porque siento esta necesidad de repasar en mi mente y en mi corazón todo lo que este dos mil quince trajo a mi vida, repaso cada mes, haciendo hincapié en días importantes. Lo hago con el único fin de liberarme, de ser libre de mi misma, de amarme y perdonarme por todo cuanto hice y no hice.
En este momento a solas que me doy; donde solo el viento se escucha a mí alrededor, me enfrento a mí misma, y mirándome a un espejo me pregunto ¿Qué aprendiste este año Tatiana Melissa Vargas Mora?
Y en ese repaso mes a mes, me doy cuenta que este ha sido el año en el que he crecido como nunca antes. Aprendí cosas nuevas, experimente nuevas sensaciones, emociones y sentimientos, y confirmé otro tanto más sobre aquello en lo que creo e incluso en lo que no creía.
Reconozco que no sé cómo maneje, enfrente y logre sobrevivir a muchas cosas, pero lo hice, y aquí estoy, herida pero en pie. ¿La lección? No importa cuando rotas estén mis alas, siempre halle la fuerza para emprender el vuelo.
Aprendí que mi familia, aun no siendo perfecta debe estar siempre en primer lugar, porque los lazos que me unen a ellos no pueden romperse jamás. Porque ese círculo de amor es mi linaje, es de donde provengo, y aunque intente alejarme no hallaré jamás un amor tan real como el que nos damos aun habiendo diferencias, aun fallándonos. ¿La lección?  El motor de mi vida es mi familia, mi mayor bendición.
Qué decir de mis amigos, qué decir cuando me distancie de ellos durante un año; pero aun sin hablar, sin pasar con ellos el tiempo que tanto les dedicaba, acá están, siendo como siempre un regalo de Dios. Mi bastón han sido ellos, mi luz cuando quede a oscuras fueron ellos. Esas voces que siempre me dicen lo que no quiero escuchar siguen aquí, a pesar de haberles fallado. ¿La lección? Simple, hoy cuando no sé ni por dónde empezar de nuevo, mis amigos son el bálsamo que está curando mis heridas, las palabras que me animan a no flaquear.
Y sobre aquellos que ya no son parte de mi vida, aprendí que tan solo llegaron a cumplir un propósito en mí, y al concluir su misión ya no pueden seguir siendo parte de mi historia. Y aunque ha sido doloroso entender por qué, agradezco a Dios que hayan sido parte de este ciclo.  
Pero en tanto unos se marcharon, aprendí que en su paso abrieron camino para aquellos que no conocía y el destino dispuso que encontrarnos para vivir nuevos momentos, que aun sin entender están transformando mi vida.
Aprendí que al amor no le basta el amor, que el amor necesita ser entendido y aceptado, y aunque es un tema tan relativo, aprendí que merezco un amor de verdad.
Finalmente en el resumen de los daños que yo misma me cause, aprendí que el tiempo perdido no existe, porque ese erróneo concepto me enseño que puedo aún continuar haciendo realidad mis sueños, haciendo las cosas según dicte mi corazón, tendiendo cuidado más no miedo, porque son palabras y emociones distintas.
Es decir este año aprendí que mi Fe es mi escudo y mi oración el bastón que Dios tallo para mí, porque aun cometiendo tantos errores Él me enseñó en estos trescientos sesenta y cinco días que la fuerza del amor es el motor que mueve el mundo, y que ese mundo de igualdad, amor y respeto quiero vivirlo, pero debo primero empezar conmigo misma.

¡Gracias 2015 por todo cuanto me enseñaste! 

8/11/15

Sin miedo al sentimiento

Quiero abrazarte, y que me abrazas, besarnos. Quiero sentir el abrigo de tu pecho desnudo al dormir, despertar confiando en ti. 
Quiero conocer aún más de ti, porque entendí que la risa se siente mejor cuando estoy contigo. Porque quiero apoyarte en tus decisiones, estar ahí y ser parte de ello. Construir esa intimidad que nace solo en medio del silencio.

Y es que Denisse Márquez no pudo haberlo escrito mejor... Quiero dormir contigo en el sentido más inocente de la palabra. Quiero darte un beso de buenas noches, apagar la luz y acostarme a tu lado. Quiero estar allí, y oírte respirar el mismo aire que yo. 

Y es que no es un tema solo de atracción, es simplemente que no quiero estar lejos de ti, porque quiero aprender a quererte tal como eres. Aprender a querernos aun siendo imperfectos. 

Porque puedo tener la seguridad que querrás mis caderas anchas y mis pechos pequeños, porque podre desnudarme frente a ti sin complejos, porque querrás mi cuerpo y mi alma por igual. Y yo querré cada lunar que hay en tu cuerpo, cada cicatriz de tu alma, cada recuerdo del pasado, un pasado que me hará valorar aún más quien eres. 

30/9/15

Parafraseando a Walter Riso y a Saramago

Necesitas de mucho valor para amarme. Soy una mujer marcada por mi pasado. Una mujer de carácter fuerte pero de corazón bueno. 
Me he levantado siendo más fuerte después de una aparente caída, o varias.
A través del sufrimiento aprendí cual es el verdadero valor de la vida y estoy dispuesta a darla por una buena causa.
Necesitas de mucho amor para curar mis heridas, mis desilusiones, mis equivocaciones, pero sobre todo, necesitas ser inteligente. Muy inteligente.
Porque tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. 
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza. Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirme en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¡Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!. 

12/9/15

Cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir

Dicen por ahí que cuando realmente quieres algo, debes dejarlo ir.

Una de las cosas más difíciles para mí es reconocer mis sentimientos. Pero muy a pesar de mi resiliencia sigo siendo una criatura romántica y sentimental. Sí transcribo las palabras de Allende porque en ellas he hallado la mejor descripción de esta chiquilina quien te quiere y jamás se arrepentirá de ello.

No planeaba que esto sucediera, es, es raro, pero pasó. Sabía que lograríamos todo cuento quisiéramos en nuestras vidas y proyectos. Aprendimos a querernos, nos convertimos en amigos, de esos que hacen planes juntos, que se dicen buenos días y buenas noches, de esos que comparten todo cuanto son y cuanto tienen.

Pero el estar diciéndonos “hagámoslo, hagámoslo juntos” es lo que me llevo a tomar una decisión. El destino nos llevará por caminos diferentes; es importante que lo sepas.

Me quieres, lo sé, lo siento cada vez que rodeas con tus manos mi cintura en tanto de puntillas recuesto mi cabeza en tu pecho para sentir los latidos de tu corazón. Y es que con cada abrazo que nos damos acomodas mi alma.  

Por ello hoy quiero agradecerte, aunque extraño parezca, el que hayas formado parte de mi vida, porque me enseñaste a vivir conmigo misma, a valorarme y amarme como siempre debí haberlo hecho.

Los sentimientos no siempre son sencillos. Pero hoy sé que lo que siento por ti me quita lo que debo darme a mí primero. Sí, siempre se da y sin pedir nada a cambio, pero inconscientemente me he visto, he visto a una mujer que te quiere y da todo por ti, una mujer que calla en tanto sueña despierta, una mujer que cree que algún día le verás como mujer, que espera dejar de ser la amiga.  

No puedo continuar entregándote algo que ni siquiera tengo para mí misma. Llego la hora de pensar en mí. Llego la hora de reconocer que deje de verte como amigo. Yo te quiero, quiero al hombre que hay en ti.  

Pero no, yo no soy ellas, no soy esa chica de bares a la que conquistas con trivialidades poco sentimentales, no soy la chica que sacas para llevarla a un motel, no soy la bebedora de whisky, la que fuma marihuana, escucha rock y sigue tus pasos como una sombra. Yo, yo soy una mujer.


Una mujer que supo darse cuenta a tiempo que quererte no es ni será suficiente.